Los gobiernos de todo el mundo progresan lentamente en su propósito de aliviar el cambio climático y en su mayoría también rechazan el enfoque que le está dando la Administración de Donald Trump a esta crisis global. Por eso, un equipo de 14 científicos (dirigido por Steven Desch, físico de la Universidad Estatal de Arizona) ha iniciado un ambicioso programa de 500 mil millones de dólares para volver a congelar el Ártico, un sistema en el que 10 millones de bombas eólicas repondrán el hielo del Ártico.
La estrategia consiste en un despliegue de millones de bombas de energía renovable que enviarían agua a la superficie del hielo ártico durante el invierno. En teoría, ese agua se congelaría, engrosando el hielo antes de verano. Steven Desch dijo que las bombas podrían agregar alrededor de un metro a la capa actual de hielo marino. Si el hielo es más grueso, argumentó, duraría más tiempo y reduciría el peligro de que el hielo marino desapareciera completamente durante el verano.
El resumen del trabajo científico indica que el Ártico podría estar completamente desprovisto de hielo para el verano de 2030. Si eso ocurre, el océano absorbería la luz solar que alguna vez reflejó (así que reponer el hielo marino ahora es un imperativo). La tesis continúa afirmando que el Acuerdo de París (2015) no será suficiente para detener las consecuencias del calentamiento global.
Steven Desch declaró a The Guardian: "Nuestra única estrategia en este momento parece ser decirle a la gente que deje de quemar combustibles fósiles. Es una buena idea, pero vamos a necesitar mucho más que eso para evitar que el hielo marino del Ártico desaparezca.
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